
1.- Toma el presupuesto ajustado del 2020, el que absorbió el impacto del covid-19, mire que gastos redujo y procure mantener ese nivel, pero tenga en cuenta que ese valor puede variar en función de la dinámica que presente su negocio.
2.- Tenga en cuenta los gastos mínimos que requiere para operar y el resto de dinero déjelo como un amortiguador.
3.- No asigne ese dinero a un área específica porque hoy no hay forma de saber cuándo ni en qué va a tener que gastarlo.
4.- Para reducir los gastos fijos en nómina, acuda a mecanismos planteados por la Ley como renegociación o ajustes en salarios.
5.- Instaura un sistema de toma de decisiones ágil que le permita proteger la rápida generación de dinero y controlar el gasto.
6.- Piense qué acciones está tomando todos los días que le acerquen a los “supuestos” sobre la realidad.
7.- Si esas acciones no le acerca a sus metas, cuestione la validez de las mismas.
8.- Recuerde que el presupuesto debe ser una guía.
9.- Mantenga un presupuesto simple.
10.- No trate de ser muy preciso porque la realidad es la que manda.